- Deseo de ser padre/madre: El acompañamiento en esta etapa puede ser necesario para algunas personas. Desde que sientes el anhelo de familia, abordando los sentimientos de ilusión, incertidumbre, miedo, alegría, ambivalencia, conteniendo aquellos aspectos estresantes que pueden alterar tu bienestar emocional durante este proceso.
- Preconcepción/Concepción: No todas las mujeres consiguen su embarazo a la primera. Para muchas conlleva varios intentos fallidos, donde mes tras mes han visto resultados negativos en los test, donde incluso han podido sufrir abortos espontáneos en las primeras semanas o más adelantados o donde, en los casos más graves han tenido que interrumpir de forma voluntaria el embarazo por alguna alteración del feto. También a las mujeres a las que se les diagnostica algún tipo de infertilidad o se someten a tratamientos de reproducción asistida suelen tener dificultades emocionales.
Los sentimientos más comunes ante estas situaciones son la ansiedad, el miedo a que se repitan experiencias anteriores y una falta de control del proceso que lleva en ocasiones al deterioro de la relación de pareja y pérdida de la autoestima de la mujer. En esta etapa un buen apoyo y trabajo emocional favorece la prevención de futuros trastornos de ansiedad dotando de herramientas a la mujer para promover sus propios recursos y capacidades. El acompañamiento en los aspectos emocionales relacionados con el proceso médico de las Técnicas de Reproducción Asistida y la elaboración del duelo de un embarazo que no llega, así como el trabajo de pensamientos recurrentes negativos harán que este proceso no tenga un impacto tan perjudicial sobre la salud mental de ambos progenitores. - Embarazo y parto: Nuestro objetivo en este periodo es favorecer el bienestar emocional y el vínculo prenatal en la mujer y la familia. En la mayoría de ocasiones la noticia de un embarazo produce mucha ilusión y felicidad, pero esto no ocurre siempre. En embarazos no planeados o incluso aunque sí lo sean, a veces se produce un sentimiento de ambivalencia que dificulta el vínculo con el bebé y la adaptación a los cambios que supone el embarazo. Estos sentimientos son normales y pueden surgir debido al miedo a no ser capaz de cuidar al bebé, a los cambios físicos producidos en el cuerpo con el embarazo y tras el parto, a la incertidumbre y a cómo afectará a la pareja la llegada de un nuevo miembro, entre otros muchos factores.
Informar a la mujer y a su pareja sobre todas las modificaciones que suceden durante la gestación ayuda a adaptarse mejor a esta etapa. Vivir el embarazo de una manera consciente, aceptando los sentimientos que vayan surgiendo y dotando a la mujer de estrategias psicológicas para manejarlos fomentarán su autoconocimiento y confianza en sí misma y además le ayudarán a vivir el parto con menos ansiedad. - Posparto y puerperio: Poco se habla del momento después del parto. Te encuentras cansada, con un bebé al que acabas de conocer en tus brazos y rodeada por una revolución hormonal que hace que te sientas pletórica y feliz de tener a tu hijo/a y te lances como una leona a proteger a tu cachorro y por otro lado que te lleva a sentir miedo, desconcierto y a veces incluso estar triste. No olvidemos que cuando nace un bebé también nace una madre y, por desgracia, lo más común es que haya una serie de interferencias en el entorno médico y social que dificultan la entrada en esta nueva etapa. No todas las mujeres viven de igual manera el posparto, algunas se encuentran bien física y emocionalmente y otras todo lo contrario porque bien han vivido un parto traumático, lejos de como lo habían planeado y tienen heridas como una episotomía o una cesárea que les duelen o, porque se sienten incapaces de cuidar y vincularse con su hijo. También puede ocurrir que se haya producido un parto prematuro, lo que hace que este puerperio sea diferente, ya que normalmente el bebé suele estar en la UCI neonatal y los padres no pueden estar con él las 24 horas. El apoyo emocional en esta situación puede ser necesario para poder prevenir futuros trastornos psicológicos en los padres y en el niño/a. Es importante que saber que tener sentimientos ambivalentes durante el posparto es normal y que podemos ayudar a las madres a aumentar su autoestima, su confianza y a crear con su hijo un vínculo seguro, fomentando de esta manera una mejor adaptación a esta nueva situación. También es importante nombrar el cambio que supone para la pareja la llegada de un hijo/a. La mujer, debido a la oxitocina parece estar enamorada y centrada únicamente en el bebé y el padre puede sentirse excluido. Incluir al papá en este periodo y ayudarle a conocer su lugar y de qué manera puede ayudar contribuirá a proteger la diada y a fortalecer el vínculo familiar.
- Crianza: La psicología perinatal no puede entenderse sin tener en cuenta tanto a la madre como al bebé. La diada madre-hijo es el centro de nuestra mirada, la sincronía que se produce entre ellos es esencial para su auto y co-regulación. La mirada perinatal se basa en el amor, la empatía y la compasión por el bebé o niño/a y sus familias. Dejamos atrás las teorías de que los bebés “no se enteran” y los tratamos con el amor y el respeto que se merecen. Durante la crianza se viven momentos difíciles que muchas veces no sabemos manejar porque en nuestra infancia quizá, no nos ayudaron a hacerlo y nos desbordan estos sentimientos. El acompañamiento y la ayuda en este periodo centran en favorecer la adaptación al rol de madre/padre sin que por ello signifique renunciar a ser mujer/hombre y sobre todo en comprender y dar sentido a las necesidades y comportamientos de los niño/as.

En el camino a la maternidad, desde el momento en que una mujer se plantea ser madre conlleva muchos aspectos psicológicos y emocionales que, en ocasiones si no son trabajados pueden dificultar el vínculo con el bebé desde el inicio. La maternidad y paternidad es vista por la sociedad como un momento maravilloso de felicidad plena, pero en realidad lleva aparejados muchos cambios en varios niveles que pueden causar cambios importantes en la vivencia de esta experiencia.
Detectar dificultades en los primeros momentos de esta etapa es fundamental de cara a prevenir trastornos más graves durante el embarazo y puerperio que pueden dañar la relación madre y bebé y en consecuencia la salud mental infantil a largo plazo. Un trabajo preventivo antes y después del nacimiento con las madres es de vital importancia para la salud materno infantil. Es importante que las madres y padres tengan a su disposición orientación y acompañamiento para poder abordar las dificultades que vayan surgiendo y tengan conocimientos y herramientas para afrontarlas y de esta manera, aumentar su bienestar y el de su bebé.
La psicología perinatal utiliza una mirada ecosistémica, es decir, tiene en cuenta a la madre, al padre y al bebé, como sujetos individuales, la relación entre ellos y con otros elementos de su entorno como la familia, el trabajo, la escuela y el sistema social, cultural, político y económico en el que nos encontramos.
Por ello, debemos hacer hincapié en la importancia de la labor interdisciplinaria entre las diferentes figuras profesionales sanitarias y la labor de profesionales de la psicología adecuadamente preparadas para esta función y también la concienciación de la sociedad acerca del valor de la maternidad. El trabajo interdisciplinario (personal médico, psiquiatría, enfermería, matronas, auxiliares, servicios sociales…) permitirá que exista un espacio para la detección temprana y una actuación preventiva en aquellas situaciones que requieran de una contención emocional para la madre y su familia, que pudieran derivarse tanto de situaciones médicas como psicológicas. Y la mayor visibilización de todo lo que implica ser y convertirse en madre, hará que las mujeres tengan más apoyo social, lo que es imprescindible para una buena salud mental.
Además el trabajo interdisciplinar permite que las profesionales de la psicología puedan crear espacios en los equipos donde poder brindar la contención psicológica y emocional que pueda necesitar el equipo ante situaciones emocionalmente estresantes.

El periodo perinatal marcará las bases de la futura salud de nuestros bebés. Sin salud mental perinatal, no hay salud mental. Además la maternidad, en concreto durante el embarazo, por los cambios cerebrales que suceden y el incremento de la sensibilidad, es un momento idóneo para conocerse mejor y sanar historias no resueltas.
La importancia de hacer un buen acompañamiento durante esta etapa va a facilitar, no sólo el establecimiento de un buen vínculo entre la madre y el bebé, sino que además va a contribuir a que se sienten las bases de una estructura psíquica saludable. Poder intervenir en este periodo tan sensible para el desarrollo psíquico es la mejor labor preventiva a nivel de salud mental que se puede realizar.
Además, la psicología perinatal puede contribuir a crear un espacio de reflexión sobre el acontecer psíquico en el área perinatal, reflexionar sobre el efecto adverso sobre la salud física y mental de las mujeres embarazadas que causan determinadas intervenciones, sensibilizar y formar a profesionales sobre el manejo de situaciones altamente estresantes; trabajar con grupos de familias para que se tejan los vínculos sociales necesarios para crear una red desde todos los ámbitos donde se fomente la salud mental perinatal.
A continuación, exponemos algunos ámbitos de actuación de la psicología perinatal: